Aprender a esperar

Volviendo de Madrid el domingo pasado ojeaba el suplemento dominical de no se que periódico en el viaje de regreso ,que siempre es más largo que el de partida(aunque los kilómetros sean exactamente los mismos) y deseando que pasaran las horas veloces mientras no miraba el paisaje, encontré un artículo de Ray Loriga cuyo título no recuerdo bien , pero si la idea principal y algunas de las palabras que reproduzco en este blog:

"Se escoje a menudo un atajo que nos lleve a un lugar en el que probablemete no merezcamos estar todavía.A los niños les obligamos a esperar , pero nosotros hemos perdido ese talento.Nadie nos ha pedido llegar tan deprisa,PODÍAMOS HABER APRENDIDO A ESPERAR MIENTRAS APRENDÍAMOS EL RESTO DE LO QUE APRENDIMOS."

Me acordé de las muchas veces que he deseado que pase la fecha de un examen -de la universidad o de la oposición-(y más de los que ahora mismo lo están esperando);de los años en los que he querido ,en el que todos hemos querido ,que el tiempo pasara más deprisa , en los que si nuestra vida fuera -como en el cuento-una cajita de hilo dental (pero con hilo de oro) hubiéramos tirado sin reparo de la punta que asoma sin darnos cuenta que esos centímetros de hilo , que esos días del año o esas horas del día eran irrecuperables y no podían volverse a meter en al caja de hilo dental dorado.

El artículo continuaba hablando de la "paciencia del jardín ", de como el jardín espera la primavera y se inclina al viento y a la lluvia del invierno sin exigir nada porque al final las cosas pasan y suceden ,y sobre todo , todo llega.

Dejé de revisar las manillas de mi reloj de pulsera y me puse entonces a mirar el paisaje que me había estado perdiendo por la ventanilla del autobús porque pronto llegaría a mi destino .

Emma Peel