domingo, 31 de mayo de 2009

¡Chau, Mario!



Con la palabra "chau" decía adiós Mario Benedetti al número tres o al pesimismo en alguno de sus poemas:

"Ya sos mayor de edad

tengo que despedirte pesimismo

años que te preparo el desayuno

que vigilo tu tos de mal agüero...

que trato de convencerte

que al maltiempo buena cara

pero seguis como si nada...

claro que voy a despedirte

No se por qué no lo hice antes

será porque tenés tu propio método

de hacerte necesario..."


Y con la palabra "chau" nos dijo adiós Mario hace cosa de dos semanas. Y yo, que pertenezco a esa escuela de carcamales que todavía lee y escribe versos, como en otras entradas he dejado ver-para quien haya sabido leer entre líneas-un poco de mis grandes amores y otro poco de las cosas a las que les debo lo que soy hoy, hoy dejo entrever aquello a lo que más le debo y lo que ha sido, es y será siempre el amor de mi vida ,aquella que es la poesía. Hace no mucho recorté de una revista un "pico de oro"de la cantante Lady Gaga que decía así :"La música es mi único amor; nunca se dará la vuelta y me dirá que no me quiere". Pues bien, hasta ese punto amo yo también la poesía, que ha sido además la única que ha conseguido salvarme la vida no en una, ni en dos, sino en miles de ocasiones. Cuando el amor no lo ha podido todo (como siempre esperamos), cuando por pudor no he sido capaz de recurrir a mis buenos compañeros o cuando los padres ya estaban lejos física o mentalmente de nosotros ella siempre ha estado allí. Por eso creo que cada vez que un poeta abandona este mundo se pierde irremediablemente una posibilidad más de entender esta vida.Y por eso esta entrada para Mario Benedetti, al que le gustaba la gente que,como me dicen a mi, nunca deja de ser aniñada.


Titulaba un periódico español el día después de su muerte la noticia de esta manera: "Madrid con una esquina rota". "España recuerda a Benedetti como el poeta tímido que no rehuyo nunca el compromiso (Benedetti se negó siempre a publicar en España haste la desaparición del régimen franquista), como el escritor cordial que nunca perdió la alegría pese a sus exilios y que convirtió la península ibérica en su segunda patria. España supo devolverle ese afecto. Este 18 de mayo,al menos por una vez, Madrid se pareció un poco más a Montevideo que a Buenos Aires". Supongo que el poeta Uruguayo prefería el Montevídeo de su infancia al Buenos Aires donde conoció el mundo gris de las oficinas burocráticas. Y aquí es donde comienza mi homenaje, mis versos preferidos del señor Mario Benedetti.


Supo retratar como nadie el agobio del trabajo monótono,que conoció"igual que un poeta que decide trabajar en un banco"(como cantaba La Oreja de Van Gogh )o igual que esta poeta que decidió trabajar en un juzgado,un lunes por la mañana (igual un lunes como el de hoy, en el que casualmente lees estos versos):


"Volvió al noble trabajo

pucha que triste

que nos brinda el pan nuestro

pucha que triste

me meto en el atraso

hasta cuando dios mío...

dos veinte, cinco quince

me aplasta, me golpea.."


Por sus versos me doy cuenta hoy de que he empezado a hacerme vieja:


"Cuando éramos niños

los viejos tenían como treinta

un charco era un océano

la muerte lisa y llana

no existía..."


A través de su poesía puedo explicarme mejor cuando hablo de amor, decir "te quiero"" a quien quiero decírselo me resulta más sincero, y dedicar estos versos a mi compañero -y estas letras van escritas con toda mi intención- me parece menos cursi que dedicar mis propios versos:


"Tus manos son mi caricia,

mis acorde cotidianos;

te quiero porque tus manos

trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos

mi amor , mi cómplice y todo.

Y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro

contra la mala jornada;

te quiero por tu mirada

que mira y siembra futuro..."


Y por último, si no fuera por Benedetti, yo creería un poco menos en la justicia y sería un poco menos optimista:


"....Cantamos por qué el río está sonando

y cuando suena el río

cantamos porque el cruel no tienen nombre

y en cambio tiene nombre su destino...;

cantamos porque el grito no es bastante

y no es bastante el llanto ni la bronca,

cantamos porque creemos en la gente

y venceremos la derrota...;

cantamos porque el sol nos reconoce

y porque el campo huele a primavera

y porque en este tallo en aquel fruto

cada pregunta tiene su respuesta;

cantamos porque llueve sobre el surco

y somos militantes de la vida

y porque no podemos ni queremos

dejar que la canción se haga ceniza"



Emma Peel

viernes, 22 de mayo de 2009

Al final del camino

Hace ya algunas semanas, algunos sábados por la noche, que llevé a mi amiga María a ver la película "Al final del camino", dirigida por Roberto Santiago y protagonizada por Malena Alterio y Fernando Tejero. Yo no soy crítica de cine, de hecho ni siquiera soy muy cinéfila, por eso no voy a entrar a valorar la película. Por eso y porque no es lo que pretendo con esta entrada en el blog. Pero el título, los paisajes verdes de la cinta que he reconocido como propios y la historia de ir haciendo un camino buscando encontrar respuestas al final, que me ha resultado muy familiar, han dado pie a lo que tenía que contar hoy.

Antes de querer ir a verla supongo que ya quería ver la película, me explico. Es de esas cosas que antes de que vengan o de que nazca o de que las encuentres ya sabes que las deseas o sabes que te van a enamorar. La primera vez que lo supe fue al leer una entrevista a los protagonistas realizada en Santiago de Compostela. En ella Fernando Tejero, al que le escuché en otra ocasión decir que por los versos de una canción de Sabina ("no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió") intentó ser actor, contaba que, cordobés como es él, hizo el camino de Santiago por el norte en una época de su vida en la que se estaba dando la última oportunidad para poder vivir del cine sin éxito ninguno y cuando al llegar a la catedral se dio los tres croques con la cabeza, le pidio al santo un papel en el cine. Tres croques después (o sea tres días después) le ofrecieron su primera audición y le escogieron junto a otra compañera de reparto que, casualmente, era Malena Alterio. Por eso -seguía diciendo el hoy actor- cuando se lo ofrecieron no dudó un segundo en hacerse con el papel de un fotógrafo en el camino de Santiago.



La segunda vez que supe que quería ver esa peli fue cuando alguien que se me había adelantado me dijo: "tienes que ir a verla". Esta persona me relató tan graficamente los paisajes gallegos de mi infancia y tarareó tan perfectamente algunas canciones de la banda sonora que a mi, que me corre sangre gallega por las venas y que también pensé alguna vez en abandonar y no lo hice prometiendo recorrer el camino de Santiago si mi deseo se hacía realidad, se me pusieron los pelos de punta. Sigo teniendo esa deuda pendiente.

Y recordaría aquellos veranos de mi infancia también cuando escuché en el cine con mi amiga la canción "O tren" de Andrés Do Barro. Parece que por lo visto otra de las canciones que forman parte de "Al final del Camino" está siendo un éxito en la radio ultimamente, "No puedo evitar enamorarme de ti", compuesta por Antonio Flores e interpretada ahora por su hija Alba. Pero, para mi, sin duda la canción que le iba a la peli como anillo al dedo y que durante los días posteriores mascullé por lo bajo de camino al trabajo fue "Un beso y una flor", de Nino Bravo. Cuenta el director que en cuanto "forjó" la película en su cabeza le vino sin pensarlo esa parte de la letra que dice "forjarán mi destino las piedras del camino".

A mi se me vienen a la mente y al corazón sin ningún esfuerzo unos versos que han marcado mi vida. No me siento especial por ello porque apuesto que han hecho "huella" también en otros muchos caminos.

"Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino;
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar"

Emma Peel

martes, 12 de mayo de 2009

El chico de ayer...



Hoy nos hemos despertado con la noticia de la pérdida de Antonio Vega, integrante de la mítica banda de los 80 y 90, Nacha Pop.

Reconocido por el panorama musical nacional como uno de los máximos exponentes musicales de los años 80, Antonio desarrolló su labor inicialmente con la  banda Nacha Pop, si bien con posterioridad emprendió carrera en solitario con resultado dispar, acuciado por los problemas de salud que desde años asolaron al artista.

Esta mañana definitivamente se ha apagado la luz que alumbraba la capacidad creativa de este artista, si bien es seguro que al otro lado seguirá deleitando a los allí presentes con sus composiciones y creaciones musicales, así como con su peculiar personalidad.

Como homenaje a su larga y prolífica carrera musical, rindo este pequeño tributo al Sr. Vega, como reconocimiento a su capacidad creativa y artística dentro del mundo musical nacional. 

Descansa en paz,...y recuerdos a los que allí te encuentres.




Blutonic Mellboy

domingo, 10 de mayo de 2009

Los buenos compañeros

Los buenos compañeros creo recordar que era el título de un artículo publicado hace muchos años por Antonio Gala , que después se recopilaría en el libro "A quien conmigo va"("Ruégoos por Dios,marinero/digáisme ora ese cantar/Respondióle el marinero,/tal respuesta le fue a dar:/Yo no digo mi canción/sino a quien conmigo va".Sorry por lo pedante que puedo parecer , no lo soy tanto , es que son algunos de mis versos preferidos y quería compartirlos con quien conmigo va).Pero no voy a escribir sobre Antonio Gala.Tenía pendiente conmigo misma y con mis "buenos compañeros"dos artículos de Carmen Posadas.Y con esto y un bizcocho ,en principio creo que ya he terminado de desmenuzar (y de destrozar de paso,ya lo se,que le vamos a hacer)lo que encontré de la escritora en internet hace ya cosa de dos meses.


El primero de ellos."Existe una teoría infalible sobre los amigos y es que hay qué saber bien qué se puede esperar de cada uno.En una de las circusntancias más difíciles de mi vida,un periodista me preguntó cuántos amigos había perdido en la adversidad y yo le contesté que ninguno.Como en los momentos duros hay muchas personas que fallan e incluso nos niegan,el periodista se quedó bastante atónito y tuve que explicarle que ,según mi experiencia ,nadie falla si uno sabe qué esperar de cada persona y no pide peras al olmo.Lo que quiero decir es que hay amigos a los que podemos llamar a las cinco de la mañana para que nos consuelen en un mal de amores.Otros que son como una tumba y sabemos que nunca divulgarán una confidencia.Algunos (raros ,pero los hay) a los que podemos acudir en un apuro económico.Y por fin , amigos que siempre hablarán bien de nosotros ,pase lo que pase.Lo que no se puede esperar,sin embargo ,es que el que nos consuela sea una tumba o el que nos presta dinero hable bien de nosotros ,ni el que habla bien de nosotros se plante en nuestra casa a las cinco de la mañana cuando nos da el mal de amores.Cada uno sirve para lo que sirve y no hay que esperar más ,so pena de llevarnos el consabido chasco.Como la gente es muy proclive a ver la paja en el ojo ajeno y no la cacho viga del quince en el propio ,piensa que él o ella es incondicional y que nunca fallaría a un amigo,pero eso no es más que un espejismo.Hay gente más generosa y gente más egosísta pero (casi) ninguno somos San Francisco de Asís , que yo sepa.Tengo muy claro , por ejemplo , que no pertenezco al grupo uno de los antes mencionados,es decir , que no me llamen a las cinco de la mañana así haya un terremoto"



El segundo artículo se titula "El protocolo Martínez".De manera muy graciosa habla la señora Posadas de como un buen amigo ,que tenía a su vez otro amigo llamado Martínez,se quejaba de ser siempre aquel el que llamaba a Martínez , harto de lo cual hizo la prueba de no llamarlo más a ver que pasaba y esperó.Esperó,esperó....Ahí va un trocito del artículo."Hay un curioso estudio realizado por médicos y sociólogos estadounidenses que señala que el mundo está dividido democráticamente entre donantes y receptores.Es importante saber a qué bando pertenece cada uno porque ,para que las relaciones humanas funcionen , un donante debe siempre encontrar un receptor y viceversa.Es aplicable a todas las relaciones de la vida , pero más aún en el amor( y más aún todavía-añadiría yo ,que no soy ni el amigo de Carmen Posadas , ni Martínez , ni la propia Carmen Posadas-en la amistad).Ni dos donantes ,ni dos receptores juntos lograrían hacerse felices.Esa es la razón por la que personas de un grado considerable de egoismo a menudo están rodeadas de adoradores.Esto no quiere decir que todos los duos estén formados por un generoso y un malcriado.Hay que tener en cuenta que los receptores suelen ser personas encantadoras , e incluso "dan" mucho.Dan alegría , simpatía...Con mucha frecuencia (y esto es lo que más me llamó la atención del artículo)la gente que triunfa en la vida es más un donante que un receptor puesto que ,contrariamente a lo que se piensa,no son los avaros los que amansan grandes fortunas;LAS GRANDES FORTUNAS LAS HACEN LOS GENEROSOS(con quien lo sean es otro cantar).Y no olvidar , que todos somos dadores o receptores respecto de alguien.Y si no sabe cómo averiguar quien es quien,le propongo el sistema de mi amigo,descubrirá quien es dador o receptor respecto de usted(y funciona , se lo aseguro)"


Bueno ,yo tengo también mi particular visión tanto de lo que se puede esperar de los amigos o de lo que estamos dispuestos a dar,como de "El protocolo Martínez",que aseguro haber probado con muchísimo éxito.Pero no quiero dedicarme en este blog a repetir las palabras de la novelista,porque,tal y como dije al principio, esta entrada es una deuda pendiente con mis buenos compañeros ,con mis amigas ,que son basicamente las lectoras que tengo(es una pena que esto no sea el Semanal XL,que no gane un duro contando mis experiencias .Pero es una alegría que internet,y con la ayuda de mell boy(claro), me haya dado esta posibilidad de "publicar" y un alivio muy grande saber que ellas me leen.Y realmente nunca conocerán bien el tamaño de mi agradecimiento.En esta relación literaria soy tan dadora como receptora respecto de quien pincha el blog para dedicar sus minutos a leerme )


Pues bien , yo no soy una persona de muchos amigos.Amigos de verdad,digo.Todos tenemos -decía mi profesora de literatura en segundo de BUP(que lejos ,por Dios,da hasta vértido escribir segundo de BUP)-AMIGOS de primera fila(los que yo llamo buenos compañeros),amigos de segunda y conocidos.Yo añadiría una cuarta categoría ,la de los colegas(mi padre dijo en una ocasión,después de una tremenda decepción profesional, que en el trabajo no tenía compañeros , tenía colegas).Pero si yo secundo o no esa opinión(y creo que ya se me ha visto el plumero) esa ya es otra historia y la figura del colega daría para otra entrada completa dedicada a él.En fin , que por eso digo que amigos tengo pocos.



Tengo amigas que fueron capaces de hacerse mil kilómetros en coche para verme (la distancia enseña mucho sobre los amigos-lo digo yo , que lo se-);de hacérselos igualmente en avión y sentarse junto a mi perro en casa teniendo pánico a los perros ( que tienen mérito);tengo amigas que no son capaces de venir a ver al perro ,pero si igualmente de montarse en un avión-previo pago del pastón que cuesta sacarse un billete un día antes del viaje-para estar conmigo , por ejemplo ,tras un inesperado accidente de tráfico del que mi madre salió mal herida y que casi le hace estitrar la pata a mi padre,el mismo tipo de amiga que se llevará uno de mis secretos a la tumba;y tengo amigas que no pueden ,sencillamente ,correr por la carretera ni volar por el aire para estar conmigo ,pero que me han levantado el teléfono a las cinco de la mañana cuando me han venido mal dadas(yo , como Carmen Posadas tampoco pertenezco a ese grupo , soy de las que apaga el movil antes de acostarse para que no me molesten.Problemas de insomnio.) y me han llevado casi de la mano a pasear por la playa para que llorase a lágrima viva sin asustar a nadie con mis ruidos espelucnantes;y finalmente , tengo a mi mell boy que , aparte de otras muchas cosas y por encima de ellas es mi compañero de viaje.Buen compañero , por cierto.Son ,(somos)como en el derecho civil , recíprocamente "dadoras" y "receptoras"unas de otras.



Por supuesto yo ,como todo el mundo,he perdido algunos de los que consideraba "buenos compañeros"por el camino porque esperé peras del olmo o porque me consideré incondicional y dadora y no lo fuí.No lo se.Eso ya es el pasado. Y por último , evidentemente entre ellas también tengo mi peculiar "Martínez",y es mi amiga igualmente porque ,aunque me costó mucho , aprendí lo que podía esperar ,acepté mis deficiencias,dejé de pedirle al invierno que perdonara al rosal y -como dice Carmen Posadas-dejé de creerme que yo era San Francisco de Asis.Dadores absolutos y siempre fieles son sólo nuestros amigos los perros,pero ya me estoy marchando otra vez por las ramas de otros artículos.



El caso es que ,como leí en uno de esos correos electrónicos en cadena que me mandaron, hay personas que llegan a nuestras vidas por una razón concreta y se marchan tan rápido como llegaron ;las hay que vienen por una estación y cuando esta termina hay que dejarlas ir ,aunque nos vayan el alma y los ojos en ello;y las hay ,que se instalan para siempre en nuestra vida.A este último grupo estoy convencida de que pertenecen mis buenos compañeros.En algún caso ya son casi veinte años de amistad .Y la antiegüedad , sintiéndolo mucho , es un grado.




A ellas dedico esta entrada con mucho gusto y con todo el cariño.



Emma Peel

viernes, 1 de mayo de 2009

Solos

La idea de escribir sobre la soledad y sus ventajas, sobre el conocimiento de uno mismo y la satisfacciones estrictamente personales e interiores, me la dejó encima de la mesa de mi despacho, como servida en bandeja, hace ya algunas semanas una de las personas que cuando tiene tiempo lee lo que escribo. Así se quedó la siguiente idea para este blog en forma de artículo periodístico y bajo las siguientes palabras: "a ti que te gusta leer, échale un vistazo". Y yo, que de soledad entiendo algo y que, como yo ya he dicho, no creo de ninguna manera en las casualidades, me puse manos a la obra y empecé a escribir. Y a recordar.

El artículo en cuestión es de Ángela Becerra y se titula "AL FINAL TÚ CONTIGO". "Iba tan acelerada por conocer a otros que se le olvidó conocerse a si misma...Nos regalamos sin construirnos ni valorarnos. Buscamos amores ajenos y olvidamos el amor propio...No te equivoques: a no ser que te hayas definitivamente vendido en la gran feria de los abalorios humanos, nunca estarás sólo. Al final, siempre quedarás tú para encontrarte contigo". La conclusión a la que, comentándolo después, llegamos esta persona "descubridora" del artículo y yo fue la de que nos pasamos la vida exigiendo al otro (sobre todo a las parejas que han ido conformando nuestra vida) que nos complete (Aquello de la media naranja, que idea más absurda y triste. Ya decía Antonio Gala que él no era una media naranja, que él era una naranja completa. No tengo que explicar que yo también suscribo esa idea)."Nos regalamos", dice el artículo, como si no valiésemos nada, digo yo; nos enamoramos y nos vaciamos sin querernos primero a nosotros mismos. Y es imposible estar bien con otro/a si no estamos antes a gusto dentro de nuestra piel. En fin, que no podemos esperar que sea otro/a el que nos de lo que nosotros no hemos sido capaces de darnos. Siempre me ha parecido curioso observar como mujeres y hombres sin una belleza, una posición social, o una inteligencia especial llevan detrás séquitos de seguidores/as cual flautista de hamelín llevaba a todas las ratas del pueblo siguiéndole hasta ahogarlas en el mar. Es la seguridad en uno mismo, que sólo se consigue valorándose (que no sobrevalorándose y volviéndonos prepotentes) la que hace que una persona descreída y feliz pueda acercarse a otra. Y así, al final, tú contigo y con los demás.

Recordando a raiz de las palabras de Ángela Becerra, caí en un episodio de hace algunos años. Recién independizada y con toda la vida por delante, en una de las visitas a casa de mis padres me encontré recortado encima de mi mesa de estudio (otra vez) un artículo que Carmen Posadas acababa de publicar en el Semanal del Pais aquel domingo. "¿Y DE NOVIOS, QUÉ?" se titulaba. "En cuanto uno se descuida, el machista que todos llevamos dentro (que cierta esta frase) se manifiesta. Se acerca alguien y te pregunta qué tal estás y qué es de tu vida, y tú , que estás teniendo éxito profesional, por ejemplo, dices: oye, fenomenal, me han ascendido. Lo que suele ocurrir es que el oyente -que ha escuchado tu respuesta con total desinterés y bastante hastío- resopla impaciente esperando que termines y cuando lo haces suelta: Bueno, bueno, está bien, vale, pero ¿y de novios,qué?". Mi pobre madre, que debía estar harta de que la pararan por la calle para decirle "Si, si, ya sabemos que tu hija ha aprobado esas oposiciones, pero ¿y de novios, qué?", e intuyendo que también yo estaba hastiada de lo mismo, arrancó estas reflexiones de Carmen Posadas y las colocó encima de esa mesa. Es probable que ella no recuerde este capítulo . Yo si.

Y hablando de Carmen Posadas (como se me notan las debilidades), muy relacionado con aquel, existe otro más reciente titulado "AMORES TÓXICOS" en el que, además de rendir homenaje al viejo "Más vale solo que mal acompañado", trata la escritora peruana de dar diversas explicaciones a por qué no somos capaces de dejar esos amores que sabemos que nos hacen tanto daño. "La inercia. El ser humano tiene una querencia innata a continuar como está. Los cambios producen temor y cuantos más años cumplimos mayor es el vértigo. La otra razón es la que llaman falsamente romántica. Los que sufren siguen enamorados de esa persona que les hace sufrir. Pero en realidad no lo están de la persona que es ahora, sino de la que fue en otros tiempos, por eso creen que la pueden recuperar o cambiar. A pesar de la frustración que produce,  a pesar también del coste personal que supone. Hay relaciones que matan, y otras que no nos dejan vivir; dejemos que ambas descansen en paz. EXISTE VIDA DESPUÉS DEL AMOR, ESTEN USTEDES SEGUROS, MUCHA VIDA; Y POR TANTO TAMBIÉN LA POSIBILIDAD DE OTROS AMORES"


Emma Peel