"Tengo un amiga -escribe Carmen Posadas en uno de sus últimos artículos del Pais Semanal titulado"Una cuestión de velocidad"- de esas a las que considero sabias. Y una persona sabia es alguien que no se hace mala vida dándole vueltas a la cabeza a eso de "quíén soy, a donde voy y de dónde vengo" o tratando de entender por qué las personas traicionan, porqué fallan, porqué hacen daño. Mi amiga es sabia porque ha elaborado dos o tres teorías básicas sobre el ser humano y sus demonios , y con eso tiene suficiente."
La primera de las teorías de la amiga de Carmen Posadas habla de como no hay que romperse la cabeza tratando de clasificar a las personas en apartados: egoísta, frívola...porque todo el mundo es "a veces si, a veces no, a veces tú, a veces yo..."; y la tercera teoría de este artículo es la teoría de la velocidad, que consiste en fijarse, para no ser infeliz sin remedio, no sólo en el plumaje del ave con la que pretendemos anidar, sino también en que esta vuele a la misma velocidad que nosotros, "algo así como un ritmo interior".
Pero la teoría que yo quiero comentar hoy y que ha llamado más mi atención ha sido la segunda, la que la amiga de Carmen Posadas llama "aceptar y tomar nota" y yo llamo "poner la otra mejilla". Sobre ella dice lo siguiente la escritora: "según esta teoría cuando a uno le han hecho una pifia es mejor aceptarlo que reconcomerse por dentro, así se evitan rencores y mala sangre, que a la larga son más dañinos que la propia afrenta. Su idea se parece a eso de poner la otra mejilla pero, ante tan cristiana resignación, ella propone tomar nota. Es decir, espera y verás, que la vida es larga y arrieritos somos".
Para entender mejor y extender más esta teoría yo, que soy de las "no sabias", de las que no para de darle al tarro hasta conseguir un buen dolor en la testa, lo primero que hice fue buscar en la Biblia (sí, sí, en la Biblia, una obra literaria subvalorada como tal y sobrevalorada por otros méritos, a mi entender, menores) los versículos que me enseñaron de pequeña en el colegio, cuando se daba religión, y que hablaban de poner la otra mejilla. Recuerdo que de niña ni yo ni niguna de mis compañeras de clase entendíamos aquello de regalar bien por mal. Como digo, éramos niñas. Y de niño uno no entiende muchas cosas. Lo malo es que de adulto sigan sin entenderse, por eso propongo yo esta interpretación de la teoría de poner la otra mejilla.Dice exactamente el Evangelio de San Mateo "Habeis oido que se dijo ojo por ojo y diente por diente, pero yo os digo: no respondais al mal, al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha ofrécele también la otra". Lo siguiente que hice fue buscar las posibles acepciones de estos versos en la actualidad. Y de todo lo que encontré la explicación que más me gustó es la que proponía la sustitución de la Ley del Talión (del ojo por ojo, vamos) por la de perdonar siempre. Sin más. Perdonar siempre para -como dice Carmen Posadas- no hacerse mala sangre y evitar pudrirse por dentro, lo que a posteriori es más dificl de llevar incluso que la ofensa inicial.
Y si no podemos llegar a ser tan buenos (yo no puedo, lo reconozco, pertenezco a la vieja escuela de "la venganza se sirve en plato frío", aunque admito que el plato sea finalmente mucho menos sabroso al paladar de lo soñado) como para perdonar (y olvidar) siempre ( y todo) una versión más light y llevadera del poner la otra mejilla la ofrece el refranero español. Yo no soy muy refranera porque los refranes me parecen en ocasiones incultos, cazurros y mentirosos, como decía Antonio Gala, pero cierto es que no puede quitársele valor al pequeño placer de dejar al "enemigo"( y dicen que uno se mide por la altura de sus enemigos, más que por la de sus amigos) tumbado o "pegado"(como dicen los gallegos) con la sabiduría tajante que encierra a veces un buen refrán. Así es que ofrecer la otra mejilla significa hoy también que "no hay nada mejor desprecio que no hacer aprecio" (pasar de todo, en el lenguaje de la calle); y que "al enemigo puente de plata", es decir, que ya que no somos capaces de perdonar setenta veces siete -como dice la Biblia-, que por lo menos no caigamos en la tentación de "tropezar dos veces con la misma piedra" y "carretera y manta" para el que nos ha traicionado, fallado o hecho daño, o lo que es lo mismo, "pista ,zapatista" que dice mi hermano. Tomar nota y apuntar, dice la amiga de Carmen Posadas. Tomar nota, apuntársela al infractor y "sentarse a esperar que pase por la puerta de nuestra casa" (por eso, porque "arrieros somos y en el camino nos encontraremos", porque "el que a hierro mata a hierro muere" y sobre todo -este es mi favorito desde cría precisamente por simple- "quien rie el último, rie mejor"), pero -en mi opinión- tomar nota, apuntar, y también volver a confiar en lo nuevo que venga. Con el bolígrafo a mano, a ser posible y por si las moscas. Eso si.
Emma Peel
Mery:
ResponderEliminarEste sábado mismo hablando con una amiga en mi pueblo, la decía yo:"la vida pone a cada uno en su sitio", y es que es verdad, quizás no hoy ni mañana, pero algún día sí lo hará y entonces podré decir: "el que ríe el último, ríe mejor".Yo uso un montón de dichos y refranes populares, me ha gustado mucho leerlos en tu blog
Hausinka: es difícil "no tropezar dos veces con la misma piedra" cuando perteneces a las "no sabias" y piensas que todo el mundo se merece otra oportunidad. Por eso es tan importante la amistad, para que te ayuden a ver el peligro cuando te acecha por la espalda...
ResponderEliminarHoy la India y el mundo esta triste, se ha ido Vicente Ferrer.Se están yendo todos los grandes.
ResponderEliminarMery
Emma, estoy de acuerdo que no hay que vengarse porque la venganza llega sola, eso me lo dijo una buena amiga en el colegio, pero chica, yo espero y espero con el boli (y con la papelería entera, si hace falta), pero nada. No os cansais de poner la otra mejilla? porque a mi me han dado hasta en la de repuesto.
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